Entrevista a Víctor Mazzi[1]
La poesía
del proletariado
Por Ricardo Gonzáles
Vigil
¿Qué entiende usted por poesía
proletaria?
¿El concepto de proletariado
incluiría al campesinado, ya que la gran mayoría de peruanos siguen siendo campesinos?
Las expresiones
del campo no son las de la ciudad. La poesía proletaria trae una conciencia de clase
y la poesía indigenista, como nos la recuerda Mariátegui, no fue hecha por indígenas,
en cambio, la poesía proletaria es hecha por los mismos obreros.
Pero en su antología incluye
poetas que no son de extracción obrera y que no han transcurrido su vida en oficios
proletarios.
El poeta
es proletario por extracción o por posición. Si adopta la conciencia de clase, está
inmerso en los problemas del proletariado. Existiría pues un proletariado fabril
y un proletariado intelectual.
¿Es lo mismo hablar de poesía
proletaria y poesía revolucionaria?
Bueno, en
algunos aspectos sí, porque no puede estar alejada de la acción política, pero no
se puede identificar la poesía proletaria con la poesía política. La poesía política
siempre trasunta una expresión partidaria; la poesía proletaria en cambio, sin dejar
de ser política, no se identifica con una actitud partidarista sino con las necesidades
de expresión de la clase obrera.
Etapas de la poesía proletaria
peruana
¿Cómo logró determinar la
existencia de “anticipadores” y de “cursores” de la poesía proletaria peruana, de
acuerdo al esquema que presenta Ud. en su antología?
En principio,
soy un estudioso de la literatura peruana. El proletariado no ha existido solamente
a partir de la revolución industrial, sino desde mucho antes (tenemos el movimiento
de Espartaco 80 años antes de Cristo, en el que intervinieron albañiles, pescadores,
es decir hombres pertenecientes al proletariado sin saberlo). Al estudiar las obras
y las biografías de Juan del Valle y Caviedes, Gabriel Aguilar y Nalvarte, y Constantino
Carrasco me di cuenta de que eran precursores de la literatura proletaria; Caviedes,
por ejemplo, había sido un obrero, aunque claro en esa época no estaba sistematizada
la noción de clase. En cuanto a los cursores, observé que se había escrito mucho
sobre el proletariado en 1912; uno de los textos que recuerdo es una oda a los obreros
escrita por José Gálvez Barrenechea. Este poema no tenía una visión total de lo
que es el proletariado. Lo mismo ocurre con la generación de 1920, con Serafín Delmar,
Magda Portal, Nicanor de la Fuente y otros que trataron de hacer una poesía cercana
a la visión de la clase obrera, pero no lograron penetrar a fondo en la actividad
y sentimientos de la clase trabajadora peruana. Todo esto me hace hablar de cursores
a partir de los postulados estéticos y políticos que trazó José Carlos Mariátegui
y más profundamente César Vallejo; si bien ellos no fueron obreros, estuvieron al
servicio de la ideología de la clase obrera y, por lo tanto, son proletarios por
posición.
La mayoría de los autores
posteriores han participado en el Grupo Intelectual “Primero de Mayo”. ¿Cómo se
gestó esta asociación?
Podemos
decir que en Chosica se originó la idea de reunir a los escritores de la clase obrera,
dado que acá nos encontramos tres trabajadores que hacíamos versos: José Guerra
Peñaloza, Carlos Loayza y yo; en 1947 ya trazamos un esbozo de lo que podría ser
más tarde la poesía proletaria. Luego fui a trabajar a Paucartambo, donde me encontré
con escritores obreros y en 1950 instituimos el grupo “Tierra y Libertad”, con Víctor
Ladera Prieto, Eusebio Arias Vivanco, Sócrates Morales y otros. Después pudimos
reencontrarnos en 1956 en Lima, y conocimos a otros escritores como Leoncio Bueno
y dimos fundación al Grupo Intelectual “Primero de Mayo”. Se elaboró un programa
de principios que está vigente. Actualmente agrupa a 35 escritores, 13 de ellos
bastantes jóvenes. Tenemos filiales en Tacna, Cusco, Piura, Chiclayo, Jauja, Huancayo,
y otras ciudades del país. El Grupo “Primero de Mayo” ha leído una serie de autores
que le crearon la conciencia de una corriente proletaria; el grupo Boedo de Argentina,
diversos autores latinoamericanos y norteamericanos cercanos a la clase obrera,
los poetas obreros españoles –entre ellos, la figura de Miguel Hernández-. Y creo
que es la primera vez que una entidad se ha logrado mantener, porque el grupo Boedo
no duró más de diez años. Estamos en constante correspondencia con escritores obreros
de otros países.
POESIA AL TRABAJO
Porque somos
lo que por nosotros somos
en cada jornada diaria,
porque estamos
cuan presto estamos llenos
de dolor y de ternura,
porque luchamos
donde luchamos por la conquista
del pan y la belleza,
porque pensamos
lo que pensamos de esta sociedad
dividida en clases,
porque tenemos
el orgullo que tenemos de ser
sostenedores del orbe,
porque soñamos
con lo que realmente soñamos
por un futuro no lejano
y porque no olvidamos
a nuestros compañeros caídos
en la brega y el combate,
y pongámonos de pie
para celebrar el día nuestro
(Pero entonando LA INTERNACIONAL)
LA HUELGA
La huelga,
compañero,
no es ponerse a mirar la luna
ni entrecerrar los párpados
esperando el maná del cielo.
La huelga,
miradlo,
es una boca enorme de clamores,
el pecho dispuesto a la lid
entre un bosque de pancartas.
La huelga,
compañero,
no es pedir centavos por caridad
ni regatear algunas migajas
a la tenebrosa voluntad del amo.
La huelga,
decidlo,
es un muro de voces coléricas,
un levantamiento de puños
y una toma de calles y plazas.
La huelga,
camarada,
es una poderosa arma del pueblo.
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