domingo, 12 de julio de 2020

"BRUNO PORTUGUEZ: NUNCA PINTARÍA A UN MISERABLE"

ENTREVISTA

Agradezco profundamente la gentil entrevista que me hace el poeta, escritor, "yatiri" y hermano José Luis Ayala. Por motivo de la aparición del tercer tomo de mi libro "RETRATOS DEL VIENTO Y DE FUEGO". Julio 2020.



"BRUNO PORTUGUEZ: NUNCA PINTARÍA A UN MISERABLE"

Entrevista por José Luis Ayala


Bruno Portuguez con el paso del tiempo se ha convertido en una referencia no solo de la pintura peruana. Los rostros que pinta están cargados de fino humanismo, valores éticos y morales. Ese es un rasgo que hasta ahora no lo había caracterizado. Además, es posible percibir la madurez de un pintor comprometido con la condición humana.

 -¿Cómo te autodefines?

- Soy un hombre que ha vivido con gran intensidad y autenticidad, por eso soy un pintor intensamente realista, con gran sentido de un compromiso social en la construcción de una sociedad libre y justa. Hice mía la gran frase de Martí: “Con los pobres de la tierra quiero yo mi suerte echar”. Amante de mi familia, los libros y geranios, como del buen vino y pisco. A veces soy paciente y silencioso como los árboles, pero siempre pleno y bravío como el mar, eso lo heredé de mis padres y de la vida.

-¿Por qué tus personajes son históricos?

-Son hombres y mujeres poetas, artistas, músicos, científicos, héroes, luchadores sociales, etc. del Perú, América y el mundo. Los elijo y pinto por admiración y cariño que despiertan sus biografías y obras. Siempre me ha conmovido el desprendimiento, sacrificio, solidaridad, honestidad y limpidez. Todos tienen valores esenciales que todo ser humano debe mantener. También pinto con la misma fuerza a mujeres obreras, campesinas, pescadores, vendedores ambulantes, cargadores, lustrabotas, niños, ancianos, etc.

-¿Qué es lo más difícil cuando pintas un rostro?

-Pintar realistamente es lo más difícil y a personajes del pueblo es más complicado, hay quienes alguna vez lo han intentado, pero pintan cuestiones pueriles y banales. Con el burdo pretexto de que pintar nuestra realidad o entorno social no otorga ganancias, no está de moda, en el fondo quieren ocultar su mediocridad, sobre todo, servilismo al sistema.

Pintar un retrato es mucho más difícil, es algo más personal, pero está al alcance de todo pintor con algo de experiencia. Muchos lo hacen, pero se quedan en el parecido, en lo externo, en la epidermis, no profundizan, aunque para muchos eso es el final, para mí es solo el principio. Hay otros elementos que marcan la gran diferencia, viene desde muy atrás, de los grandes maestros: Miguel Ángel, Caravaggio, Velázquez, Rembrandt, Goya, Goncalves, entre otros. Parte es la interiorización, evidenciar el mundo interior del retratado, penetrar en las profundidades del mar interno, capturarlo, descodificar su intimidad mediante conocimientos anatómicos y técnicos, exponerlos resaltando algunos signos faciales como una arruga, rictus, mirada, etc. Sólo así se logra pintar su personalidad.

-¿Cuántas clases de rostros hay?

-Los cánones de medidas de un rostro de un hombre o mujer varían según el tiempo, conocimiento y necesidad vital del pintor que lo realiza. Hay muchas clases de rostros. Serios, inteligentes, emotivos, alegres, tristes, melancólicos, otros emanan luz, hay opacos o grises, etc. Pero también hay rostros falsos, traidores, abyectos, mezquinos, rastreros; en fin, una galería de rostros disímiles e interesantes abiertos para quién lo quiera pintar.

- ¿Hay rostros más complicados que otros?

-Por supuesto, hay de todo, los inexpresivos, no dicen nada. Son comunes, no tienes de dónde agarrarte para expresar algo porque su vida también es común, son personas que han vivido siempre bien, todo fácil y sin conflictos, sin grandes emociones o luchas. Eso refleja el rostro, son los más difícil o complicados de pintar; en cambio hay rostros interesantes, profundos, hondamente humanos, son de aquellas personas que han llevado una vida plena e intensa, de constante lucha, lleno de expresividad y vida, es un reto y gran compromiso retratarlos, eso son los rostros que me gustan pintar.

-¿Cómo haces por ejemplo para pintar a Túpac Amaru?

-Primero investigo la vida y lucha social, entiendo sus ideales, luchas, sueños, filosofía y tiempo histórico. También su entorno familiar, esposa, hijos y demás familiares. Sobre todo, el medio social que lo rodea, en el fondo es un estudio histórico, antropológico, sociológico y anatómico. Con toda esa base se crea un prototipo de rostro. El retrato tiene que ser nuevo, con un sello personal. Si no se estudia esos caracteres el retrato resulta falso, idealizado y eso, no es lo mío.

-¿Hay quiénes se niegan ser retratados?

-Sí, en algunos casos, tal vez por prejuicios o desconocimiento o porque creen que posar es un fastidio, pero una vez convencidos y visto el resultado, quedan satisfechos y agradecidos. Yo no pinto lo superficial, yo trato de calar en la persona, extraer lo mejor y lo más interesante de su vida, esa es la diferencia de mi trabajo.

-¿A quiénes nunca pintarías?

-¡Qué pregunta! Hasta ahora me he abocado a pintar a personajes históricos con valores morales y humanos, a personajes históricos paradigmáticos. Pero también hay personas abyectas, falsas, rastreras, mafiosas. Sobre todo, políticos y gobernantes que dan asco, hay que alejarse de ellos como recomendaban Van Gogh, Miguel Ángel o el Dante, a todos los pondrían en el infierno. Los pintaría como son: con rostros llenos de miseria humana y porquería en el alma. Nunca pintaría a un miserable.

-Por ejemplo a quiénes

-El Perú ha dado al mundo personas como José Gabriel Túpac Amaru, Micaela Bastidas, Antonia de Cáceres, Juan Bustamante, Miguel Grau, Bolognesi, Mariátegui, Vallejo, Arguedas, Torero, Heraud. Como también a Miguel Iglesias, Mariano Ignacio Prado, Nicolás de Piérola, la lista de traidores al Perú es larga. No pintaría a ninguno de los cinco últimos expresidentes.

- Tu estilo es muy personal, ¿has abierto una escuela en la pintura peruana?

-Desde que empecé mi camino siendo niño, mantuve mi propia visión, aun cuando estudiaba la academia y a los grandes clásicos. Siempre seguí mi propia senda, fui amigo de muchos maestros reconocidos en la pintura peruana: Ángel Chávez, Núñez Ureta, Ugarte Eléspuru, Humareda, Herskovizt, Izquierdo, etc. yo los respetaba a cada uno de ellos por sus trabajos, pero siempre fui terco y creí firmemente en lo que hacía.

-¿Cuáles son los colores que más usas y por qué?

-Cuando era niño y algún tiempo después de mi ingreso a la Escuela de Bellas Artes de Lima en mi largo estudio académico, el predominio de mis colores eran pardos, tierra, grises y algunos blancos. Siendo muy joven recorrí el Perú casi en su totalidad con mi mochila al hombro y cuaderno de apuntes, tengo más de 5,000 apuntes inéditos que algún día quiero darles a conocer, pero al visitar la sierra, mi paleta y espíritu cambiaron radicalmente al llenarme de colores y vida. Luego descubrí el impresionismo y el postimpresionismo, eso le dio otro giro más personal a mi trabajo. Pero a principio de los 80 poco a poco realicé una especie de expresionismo, no el clásico que es oscuro, atormentado y negativo, sino algo más propio: potente, luminoso y afirmativo. Mis colores son fuertes y contrastados: rojos, amarillos, anaranjados, azules, blancos y ocres, utilizando unos pinceles anchos como brochas para empastar y algo de espátula.

-¿Por qué no te has hecho un autorretrato?

-La verdad es que sí he realizado muchos autorretratos, creo que el más antiguo es un lápiz o una acuarela de cuando tenía 18 o 19 años más o menos. A lo largo de mi vida lo he venido haciendo, no por vanidad sino como estudio y testimonio personal. En ellos está mi interioridad, historia y autobiografía.

-¿A quiénes vas a pintar con ocasión del Bicentenario?

-He pintado 450 retratos de personajes insignes e ilustres que están en tres tomos de “Retratos de viento y de fuego”. Precursores, próceres del Perú y América: Sucre, San Martín, Bolívar, Manuelita Sáenz, Miranda, Túpac Amaru, Micaela Bastidas, Tomasa Tito de Condemayta, Santos Atahualpa, Melgar, Olaya, entre otros. Faltan muchos, pero hay tiempo y salud para seguir retratando.

-Te falta pintar por ejemplo: Rita Puma Apaza, Carlos Condorena, Mariano Paqo Mamani, fundaron la otra capital del Perú en 1923. Van a ser 100 años de Huancho Lima.

-Huancho Lima es un hito histórico en el Perú y esa fecha no puede pasar desapercibida. Es cuestión de tiempo, hay mucho por retratar, sobre todo a nuestros héroes, hombres y mujeres campesinas que dieron su vida por la libertad del Perú y el oficialismo los ha invisibilizado, olvidado. Lo que he hecho hasta ahora es rozar parte de la historia de nuestro pueblo, espero vivir lo suficiente para redondear mi obra y así cumplir cabalmente con mi sacratísimo deber de hombre y de pintor.


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