martes, 18 de agosto de 2020

Folklore o cultura popular

Folklore o cultura popular

Por Odón Aldoradín

 

Óleo de Bruno Portuguez

Antes de citar algunos alcances, referentes al folklore o cultura popular, creemos necesario plantear a cada uno de nosotros (artistas, estudiosos y lectores) la necesidad de poder debatir o delinear en forma conjunta los diferentes conceptos que se asignan a cada terminología en cuestión, debate que sin duda nos llevará a lograr una mejor orientación o a su correcta denominación, Generalmente, entendemos por folklore todo lo relativo a la música andina o serrana, y tipificamos de "folklórico" a lo ridículo, lo tosco, deslucido en la conducta, el lenguaje y hasta la forma de vestir de nuestros compatriotas.

La palabra folklore lo inventó hace más de 120 años el profesor inglés Williams Thoms, quien se dedicaba a estudiar las antigüedades de los pueblos; formó la palabra uniendo los vocablos: folk (pueblo) y lore (saber), La nueva palabra fue empleada por Sr. Thoms para nombrar una nueva ciencia que "estudiaría el saber tradicional de las clases populares de las naciones civilizadas". Conviene que se recuerde bien y se tenga en cuenta que el autor de tal palabra afirmaba con precisión que el folklore estudiaría únicamente el "saber tradicional" de las clases populares, o sea, lo que se ha aprendido por transmisión oral y que ha venido de generación en generación.

La evolución de los métodos de estudio del folklore han hecho posible el análisis del saber tradicional de los pueblos primitivos, especialmente en el estudio de los mitos, leyendas, cuentos, canciones y danzas.

Hasta la definición que le da William Thoms, "folklore, saber tradicional de las clases populares en las naciones civilizadas", las cosas están claras. La existencia, diferenciación y lucha de las clases sociales han venido desde los primeros albores de la humanidad. Siempre han existido el pobre y el rico, el débil y el fuerte, el oprimido y el opresor, el explotado y el explotador. Por esta razón, una nación civilizada, como se denominaba en esos tiempos a Inglaterra, Holanda, Francia, etc. –y lo fueron también los Incas, aztecas, mayas– estaba dividida en clases. El pueblo, como siempre, ocupando el último escalón de la pirámide social-política-económica. ¿Y el saber de estas naciones civilizadas, cómo se llamaba? Se llamaba CULTURA (saber de la gente, docta, ilustrada, etc.). De esta manera sus teóricos e ideólogos de estas "naciones civilizadas" justificaron que CULTURA era patrimonio de las clases dominantes, e inventaron el término FOLKLORE para el pueblo. NADA MÁS FALSO. Ambas clases sociales son "poseedoras” de una categoría CULTURAL, claro está, al pueblo le corresponde una CULTURA POPULAR que representa sus intereses, y por otro lado está la CULTURA DOMINANTE (a la clase explotadora o dominante). Decimos dominante, porque esta clase social basa su poder en el aspecto económico, de allí que tratan de imponernos condiciones de vida ajenas a nuestra realidad, nos trasmiten valores culturales, espirituales, morales que en definitiva solo responde a sus intereses de clase.

¿Qué es cultura popular? Es el conjunto de valores que emanan o vienen del pueblo en contraposición con la cultura burguesa o dominante. De la cultura popular se derivan los denominados CULTURA ANDINA y ARTE POPULAR.

Cultura Andina es aquella que está enmarcada en un área geográfica histórica social que se alimenta de los valores espirituales y materiales de los pueblos que lo constituyen.

Arte Popular es un legado cultural ancestral con raíces milenarias y con personalidad propia y autóctona, porque expresan los motivos externos (alegría, amor, tristeza, religión, apego a la tierra, fiestas, comidas, escenas de la vida cotidiana, historias y leyendas). Referimos que hablar del arte popular es hablar de la historia humana, es encontrar creación espontánea del pueblo reflejada mayormente en la música y en las danzas. Debido a su espontaneidad y la constante agresión de parte de las clases dominantes refleja elementos negativos y hasta podría decirse "reaccionarios", tales como el machismo, el adulterio, el conformismo, la burla, lo erótico, lo morboso, entre otros.

El Arte Popular como parte de la superestructura de la sociedad cumple un papel muy importante en nuestro país debido a la inclinación masiva de nuestro pueblo a la actividad artística, ligada a diferentes aspectos de su vida cotidiana. El arte debe ser testimonio del momento actual en que vivimos, pero eso no es suficiente para hablar de arte nuevo o de una NUEVA CANCIÓN. Solamente habrá una nueva canción cuando se logre una nueva sociedad, por lo tanto, toda corriente artística con afanes de formar un movimiento o "nueva canción", los llamados "latinoamericanos", juegan un papel contrario a los intereses del pueblo, al querer la internacionalización del arte, con el pretexto de hacer música de la patria grande, logrando desvirtuar y deformar el arte propio de cada pueblo latinoamericano.

ENTREVISTA A FANNY PALACIOS IZQUIERDO

 PINTURA REALISTA DE FANNY PALACIOS IZQUIERDO.

 Entrevista realizada por el maestro José Luis Ayala, en el diario UNO.

18 agosto, 2019

 

Por Diario UNO

Fanny Palacios Izquierdo es presidenta de la Asociación Amigos de José Carlos Mariátegui, (Casa José Carlos Mariátegui), la labor intelectual que cumple es múltiple, diversa, permanente y fecunda. Pero sobre todo es una pintora con un sello personal realista inconfundible. Nos recibe en su taller, un aroma de rosas frescas inunda el ambiente. Sin embargo, es mucho más persistente el olor a pintura fresca. Fanny Palacios tiene la convicción de ser una artista en plena madurez de su talento. Se define como una mujer comprometida con el tiempo histórico que le ha tocado vivir.

 

—¿Qué significa ser pintora en el Perú?

—Respirar nuestras raíces para impulsar su siembra y florecer. Es una deuda con nuestra sociedad, así se asume una ardua y hermosa tarea. El artista es fruto de su tiempo y conciencia social.

Descendemos de grandes culturas, heroicas y valientes con una riqueza única de color, poesía, amaneceres, atardeceres y de puestas de sol de todos los siglos. Mi compromiso es resaltar la belleza como conmoverme y denunciar la crueldad e injusticia.

 

—¿Cuál ha sido el comportamiento de la crítica con tu pintura?

—No existo para la crítica oficial y menos académica. Es que mi pintura es crítica, expresa indignación y lucha. No adulo, increpo, expreso rebeldía, fuerza y dolor. La élite cultural es ciega, ignorante, aboga por un arte evasivo, indiferente, peor si se trata de una mujer. Soy contestaría. No hay espectadores ni críticos respecto a la pintura de una mujer.

 

—¿Quién ha definido mejor tu pintura?

—La crítica habla bien si se cae en un juego adulador y mercantilista de pintar con colores suaves y gustos mediocres, escribirán miles de páginas. Pero si es un arte humano sensible, que golpee, haga reflexionar y desafíe a encarar la pobreza y desigualdad, te dan duro, pero en medio está la belleza y dignidad humana.

 

—¿Por qué las galerías no promueven a pintoras?

—Estamos invisibilizadas, no hay la tarea de reivindicar el trabajo de la mujer. Hemos sido tratadas como seres no pensantes, fuimos brujas quemadas en la hoguera. Las pocas galerías no auspician a una mujer porque no es un buen negocio.

 

—¿Cómo es que a pesar de todo hay grandes artistas, intelectuales, científicas y grandes luchadoras?

—Se debe a la persistencia, lucha y valentía, ellas rompieron los esquemas y enfrentaron al machismo operante del Estado y pareja que las mantuvo sometidas.

Las mujeres se agrupan y realizan exposiciones y solo así somos invitadas por el “Día Internacional de la Mujer”, el “Día de la no Violencia Contra la Mujer”. Después no existimos.

Las mujeres no tenemos igualdad de oportunidades. Pero hay que continuar bregando y luchando conjuntamente con los varones, para la sociedad atrapada en el neoliberalismo aprenda qué es una sociedad igualitaria.

 

—¿Cómo defines tu pintura?

—Una pintura realista, expresionista, tosca, trabajada con fuertes espatuladas como descarga de lucha, coraje y alegría. Creo y tengo fe en los hombres y mujeres que creen en un mundo mejor. Pinto para expresar belleza e indignación, soy testigo de tanta maldad e injusticia del tiempo presente.

¡Cómo no conmoverse ante la mirada de los niños de Siria, Palestina, Haití, que lloran sangre hasta calar los huesos! Pinto con los colores que me conmueven, retuercen mi ser y vientre, muchas veces con los rojos sangrantes, otras veces con amarillos fuertes y luminosos.

 

—¿Hay algún crítico que haya definido mejor tu pintura?

—Críticos no, pero sí poetas, escritores y pintores. En realidad, no hay crítica de pintura, nos hace mucha falta personas que conozcan su oficio

 

—¿Cómo catalogarías a las nuevas mujeres pintoras?

—Como las nuevas gestoras de una sociedad nueva, valientes, reivindicadoras, que a pesar de todas las dificultades siguen adelante y enarbolan en lo más alto la dignidad y el compromiso con la sociedad.

 

—¿Cuáles son las más importantes?

—Tenemos a grandes referentes como Julia Codesido, Cota Carvallo, Tilsa Tsuchia, Etna Velarde, etc. En la actualidad, destacan Sonia Estrada, Diana Mendoza y otras jóvenes de excepcional talento.

 

—¿A qué se debe que a la vez seas una artista ideologizada?

—Todo ser humano posee conciencia social y sensibilidad. No puede ser ajeno ante tanta injusticia y crueldad de quienes dominan el mundo, nos avasallan, proclaman las guerras, nos llenan de improperios y manipulan la sociedad. Tengo el deber de protestar, revelarme y pronunciar desde mi pintura para aportar, aunque sea con algo para el cambio a una vida mejor.

 

—¿Qué piensas de los intelectuales ajenos al drama social y humano? Entonces, ¿esa conducta tuya define tu pintura?

—La actitud de indiferencia es indignante de parte de quienes dicen tener conocimiento y sensibilidad a flor de piel, pero no es verdad. No contribuyen en la formación de seres humanos sensibles. Me indigna porque trafican con el género para escribir una poesía baladí o narrativa vacua, que al final significa solo indiferencia. No ven o no quieren ver la realidad tal cual es. Hay una intelectualización servil y fría, no defiende la vida. La indiferencia y el silencio son los más feroces cómplices en defensa del sistema y el status quo. A mí no podrán callarme.

 

—¿En qué medida está presente en tu obra Francisco Izquierdo Ríos?

—Es un permanente referente intelectual. Se trata de un escritor autodidacta que supo recoger en su literatura el drama humano de los seres humanos más vulnerables. Su narrativa se ubica en la selva peruana. Sin él la literatura peruana sería incompleta.