viernes, 20 de agosto de 2021

Arguedas y la cultura nacional por Wilfredo Kapsoli

 Arguedas y la cultura nacional[1]


 

Por Wilfredo Kapsoli

I

El contexto histórico-social

El Perú contemporáneo se ha caracterizado por una creciente transformación de su estructura económica y social. Una nación en formación, desarticulada económica y administrativamente, toleró el desarrollo de los poderes y cacicazgos locales y regionales. La figura del gamonal, de la servidumbre y de los indios han sido sus elementos más significativos y esenciales. Pero la gradual penetración capitalista en el campo ha cambiado el paisaje y a los personajes de nuestra sociedad. Los gringos, terratenientes o mineros, los asalariados y comerciantes se han impuesto en muchas regiones de nuestro país. Los indios y los mestizos tradicionalmente aferrados a la sierra y a la tierra han sido expulsados del campo. Las ciudades y las urbes costeñas son invadidas. Gigantescas oleadas migratorias transforman el casco urbano y generan el surgimiento de las barriadas.

Pero también la desocupación, el hambre, las protestas populares son fenómenos cotidianos y permanentes. Desilusión o afianzamiento de la conciencia político-popular son los rasgos distintivos de nuestra mentalidad contemporánea. Dentro de este contexto, Arguedas realizó su labor intelectual y literaria.

 

II

Arguedas y su producción intelectual

La producción intelectual de Arguedas es múltiple. Abordó con igual dominio y suficiencia temas de historia, antropología como de literatura. En un primer momento su preocupación fue únicamente por la población indígena. Habiendo vivido y compartido sus experiencias vitales quiso testimoniar y reflejarlos con la palabra escrita. Posteriormente, cuando su concepción ideológica se amplía y asume la herencia de José Carlos Mariátegui, se lanzó a escribir la vida y la idiosincrasia de todas las clases sociales del Perú. Así, su interés es por los mestizos, los obreros, los "mistis", los gringos, en una palabra: por la totalidad de peruanos o por el Perú integral.

 

1. Sus estudios antropológicos. Arguedas se graduó de Doctor en Antropología en la Universidad de San Marcos. La tesis que presentó fue sobre “Las comunidades de España y del Perú". Ejerció la docencia y una gran labor de divulgación y de defensa de la cultura nacional representada, fundamentalmente, por la cultura indígena. Un rubro importante de su creación y actividad intelectual fue precisamente el rescate del folklore y la historia indígena. Tradujo una versión quechua de "Los dioses y hombres de Huarochiri” del cual Arguedas dijo: “es un documento excepcional... el único texto quechua popular conocido de los siglos XVI-XVII. El único que ofrece un cuadro completo, coherente de la mitología, de los ritos y de la sociedad en una provincia del Perú antiguo". Es una especie de Popol Vuh peruano, una pequeña biblia regional que ilumina todo el campo de la historia prehispánica.

Ya sea desde su cargo de director de la Casa de la Cultura, como desde la prensa diaria, o las revistas especializadas, buscó preservar los mitos, las leyendas, los bailes y las canciones de los indios de la hacienda y de las comunidades. Y es que la penetración capitalista no solamente desplaza las economías regionales sino también impone su cultura e ideología. Una reciente recopilación bibliográfica bajo el título de "Señores e indios" es una evidencia elocuente de aquella entrega de Arguedas. Él decía: "el estudio de la cultura quechua es urgente y sus proyecciones se deben comprometer a toda la sociedad nacional". A la colonización cultural había que enfrentarla resguardando lo nacional, lo auténtico, lo popular. Textualmente Arguedas planteó: "en el caso de Latinoamérica se trata de demostrar la imposibilidad de que en la actualidad, poderes foráneos, cualquiera sea su origen, logren el avasallamiento cultural de sus principales núcleos indígenas a pesar de la dominación política y económica".

 

2. Su producción literaria. La labor intelectual de Arguedas adquiere en la narrativa, en la novela, su nivel y concreción universal. En su obra literaria supo integrar lo personal, autobiográfico, con lo local, regional y nacional. Logró plasmar y superar el indigenismo. Su especial, situación de haber vivido y sufrido con los indios le permitió representarlos con objetividad y realismo. Aun cuando étnicamente no fuera indio. Como lo ha señalado Antonio Cornejo Polar, nos ofrece una verdadera literatura indígena. Aquella creación que Mariátegui reclamaba años antes, cuando decía que la literatura en el Perú todavía era indigenista y no indígena. Arguedas en su famosa "confesión" en Arequipa contó los pasajes más importantes de su vida. Al referirse a sus primeros años, dijo: "'quedaron en mi persona dos cosas muy sólidamente desde que aprendí a hablar: la ternura y el amor sin límites de los indios, el amor que se tienen entre ellos mismos y que le tienen a la naturaleza, a las montañas, a los ríos, a las aves; y el odio que tienen a quienes, casi inconscientemente y como una especie de mandato supremo, les hacían padecer". Este mundo era distorsionado o groseramente morigerado. Incluso escritores como Enrique López Albújar o Ventura García Calderón no conocían ni comprendían lo esencial de la cultura india. Por ello Arguedas se propuso escribir tal cual es, "porque yo lo he gozado, yo lo he sufrido". El proyecto de Arguedas maduró y alcanzó logros cada vez más notorios y universales. Sus personajes fueron los indios de hacienda, de comunidad, los mistis o gamonales y geográficamente se ocupó de la aldea, de la provincia y hasta del territorio nacional. Su argumentación permanente fue contradicción de personas, clases, regiones y sistemas económicos. Veamos este recorrido del proyecto nacional popular de José Maña Arguedas:

En Agua (1935), su primera producción literaria, recrea la vida de una aldea y los conflictos entre el gamonal y los indios. La aldea es San Juan de Lucanas y la hacienda Viseca. Pero, al mismo tiempo, en Agua aparece "la decisión del protagonista (Arguedas) de incorporarse profundamente al mundo indio y la correlativa voluntad de abandonar el propio".

Al referirse a Yawar Fiesta (1941), su segunda novela, Arguedas dijo: "señores, describí el poder del pueblo indígena. El verdadero personaje de esta novela es la masa indígena que destruye el mito que está representado por el toro, el Misitu. Cuando el pueblo indígena quiere mostrar su valor ante la gente que lo desprecia, que son los señores, incluso mata a un dios; que es el Misitu, e incluso está dispuesto a matar a sus dioses para demostrar que son gente que tienen valor". El escenario de Yawar Fiesta es Puquio, capital de los Andes y muestra la contradicción entre el universo de la costa y de la sierra. Su función e importancia es grande en cuanto tienen un valor testimonial y de índole histórico-social. Presagia, a decir de Cornejo Polar, la creación de Todas las sangres. Su tercera novela, Los ríos profundos (1958), marca una nueva etapa en el pensamiento de Arguedas. Así lo considera Tomás Escajadillo cuando dice: "no se trata solamente de un proceso de madurez de un escritor, de un natural afinamiento de sus medios expresivos, en suma, de una mayor calidad y jerarquía... Hay algo más y son los nuevos elementos y factores que significan un alejamiento o una superación del indigenismo ortodoxo". La trama de la novela, según el mismo Arguedas, "es la sublevación de los indios de hacienda por una causa de orden mágico: ellos están atacados por el tifus y se difunde la idea de que la ‘madre’ del tifus que es un animal, no podrá morir, sino en virtud de una misa que el santo padre de Abancay dijera, para lo cual tienen que tomar la ciudad y enfrentarse a las fuerzas represivas, hasta lograr su ansiada misa mágica". Esta obra presenta en forma de ficción fenómenos de la misma lucha campesina que se hicieron intensos en los años siguientes. El escenario de la obra es el Cuzco y Abancay, es decir, capitales, ya no de provincias sino de departamentos.

En la misma dirección y sentido Arguedas explicó la tesis central de su novela Todas las sangres (1964.): "El Perú se está debatiendo entre dos tendencias. ¿Qué es mejor para el hombre, cómo progresa más el hombre, mediante la competencia individual, el incentivo de ser uno más poderoso que todos los demás o mediante la cooperación fraternal de todos los hombres que es la que practican los indios? El contexto de la novela discurre en todo el ámbito nacional y compromete a todas las clases sociales”.

Hasta aquí, hay en Arguedas una constante superación; pero todavía podría quedar en el populismo, si tenemos en consideración sus propias declaraciones doctrinarias que guían su producción literaria: "que el individualismo agresivo no es el que va a impulsar bien a la humanidad sino que la va a destruir; es la fraternidad humana la que hará posible la grandeza no solamente del Perú sino de la humanidad. Y esa es la que practican los indios y la practican con un orden, con un sistema, con una tradición".

Pero Arguedas avanzó más. Se declaró heredero ideológico de José Carlos Mariátegui y reconoció la profunda influencia que le causaron la revista Amauta y su director. La huella del Amauta en Arguedas es profunda al punto de que en él se produce una verdadera situación consustancial entre la vida y la ideología. Su novela póstuma El zorro de arriba y el zorro de abajo es el mejor testimonio político literario que nos ha podido dejar.

A los nueve años de su trágica desaparición José María Arguedas sigue vivo en el corazón de su pueblo. Los indios y lacayos con quienes tembló de frío en los regadíos nocturnos y bailó en los carnavales, borracho de alegría, al compás de la tinya y la flauta, lo siguen recordando y lo conservarán de generación en generación, eternamente.

 

Bibliografía básica

1.       Revista Peruana de Cultura N° 13 y 14 (Homenaje a José María Arguedas. Lima, I. N. C. 1970).

2.       José María Arguedas, Señores e indios. Buenos Aires, Ed. Calicanto (recopilación de artículos acerca de la cultura quechua realizada por Ángel Rama).

3.       Francisco Ávila, Dioses y hombres de Huarochirí, narración quechua, traducida al castellano por José María Arguedas. Lima, I.E.P. 1966.

La cultura popular en J.M. Arguedas. Lima, 1978. Recopilación del grupo Tarea N° 26 y 27.



[1] Kapsoli, Wilfredo: “Arguedas y la cultura nacional”, Marka, N° 104, 4-I-1979, pp. 35-36.

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