Arguedas y la cultura nacional[1]
I
El contexto histórico-social
El
Perú contemporáneo se ha caracterizado por una creciente transformación de su
estructura económica y social. Una nación en formación, desarticulada económica
y administrativamente, toleró el desarrollo de los poderes y cacicazgos locales
y regionales. La figura del gamonal, de la servidumbre y de los indios han sido
sus elementos más significativos y esenciales. Pero la gradual penetración
capitalista en el campo ha cambiado el paisaje y a los personajes de nuestra
sociedad. Los gringos, terratenientes o mineros, los asalariados y comerciantes
se han impuesto en muchas regiones de nuestro país. Los indios y los mestizos
tradicionalmente aferrados a la sierra y a la tierra han sido expulsados del
campo. Las ciudades y las urbes costeñas son invadidas. Gigantescas oleadas
migratorias transforman el casco urbano y generan el surgimiento de las
barriadas.
Pero
también la desocupación, el hambre, las protestas populares son fenómenos
cotidianos y permanentes. Desilusión o afianzamiento de la conciencia
político-popular son los rasgos distintivos de nuestra mentalidad
contemporánea. Dentro de este contexto, Arguedas realizó su labor intelectual y
literaria.
II
Arguedas y su producción intelectual
La
producción intelectual de Arguedas es múltiple. Abordó con igual dominio y
suficiencia temas de historia, antropología como de literatura. En un primer
momento su preocupación fue únicamente por la población indígena. Habiendo
vivido y compartido sus experiencias vitales quiso testimoniar y reflejarlos
con la palabra escrita. Posteriormente, cuando su concepción ideológica se
amplía y asume la herencia de José Carlos Mariátegui, se lanzó a escribir la
vida y la idiosincrasia de todas las clases sociales del Perú. Así, su interés
es por los mestizos, los obreros, los "mistis", los gringos, en una
palabra: por la totalidad de peruanos o por el Perú integral.
1. Sus estudios antropológicos. Arguedas
se graduó de Doctor en Antropología en la Universidad de San Marcos. La tesis
que presentó fue sobre “Las comunidades de España y del Perú". Ejerció la
docencia y una gran labor de divulgación y de defensa de la cultura nacional
representada, fundamentalmente, por la cultura indígena. Un rubro importante de
su creación y actividad intelectual fue precisamente el rescate del folklore y
la historia indígena. Tradujo una versión quechua de "Los dioses y hombres
de Huarochiri” del cual Arguedas dijo: “es un documento excepcional... el único
texto quechua popular conocido de los siglos XVI-XVII. El único que ofrece un
cuadro completo, coherente de la mitología, de los ritos y de la sociedad en
una provincia del Perú antiguo". Es una especie de Popol Vuh peruano, una
pequeña biblia regional que ilumina todo el campo de la historia prehispánica.
Ya
sea desde su cargo de director de la Casa de la Cultura, como desde la prensa
diaria, o las revistas especializadas, buscó preservar los mitos, las leyendas,
los bailes y las canciones de los indios de la hacienda y de las comunidades. Y
es que la penetración capitalista no solamente desplaza las economías
regionales sino también impone su cultura e ideología. Una reciente
recopilación bibliográfica bajo el título de "Señores e indios" es
una evidencia elocuente de aquella entrega de Arguedas. Él decía: "el
estudio de la cultura quechua es urgente y sus proyecciones se deben
comprometer a toda la sociedad nacional". A la colonización cultural había
que enfrentarla resguardando lo nacional, lo auténtico, lo popular.
Textualmente Arguedas planteó: "en el caso de Latinoamérica se trata de
demostrar la imposibilidad de que en la actualidad, poderes foráneos,
cualquiera sea su origen, logren el avasallamiento cultural de sus principales
núcleos indígenas a pesar de la dominación política y económica".
2. Su producción literaria. La
labor intelectual de Arguedas adquiere en la narrativa, en la novela, su nivel
y concreción universal. En su obra literaria supo integrar lo personal,
autobiográfico, con lo local, regional y nacional. Logró plasmar y superar el
indigenismo. Su especial, situación de haber vivido y sufrido con los indios le
permitió representarlos con objetividad y realismo. Aun cuando étnicamente no
fuera indio. Como lo ha señalado Antonio Cornejo Polar, nos ofrece una
verdadera literatura indígena. Aquella creación que Mariátegui reclamaba años
antes, cuando decía que la literatura en el Perú todavía era indigenista y no
indígena. Arguedas en su famosa "confesión" en Arequipa contó los
pasajes más importantes de su vida. Al referirse a sus primeros años, dijo:
"'quedaron en mi persona dos cosas muy sólidamente desde que aprendí a
hablar: la ternura y el amor sin límites de los indios, el amor que se tienen
entre ellos mismos y que le tienen a la naturaleza, a las montañas, a los ríos,
a las aves; y el odio que tienen a quienes, casi inconscientemente y como una
especie de mandato supremo, les hacían padecer". Este mundo era
distorsionado o groseramente morigerado. Incluso escritores como Enrique López
Albújar o Ventura García Calderón no conocían ni comprendían lo esencial de la
cultura india. Por ello Arguedas se propuso escribir tal cual es, "porque
yo lo he gozado, yo lo he sufrido". El proyecto de Arguedas maduró y
alcanzó logros cada vez más notorios y universales. Sus personajes fueron los
indios de hacienda, de comunidad, los mistis o gamonales y geográficamente se
ocupó de la aldea, de la provincia y hasta del territorio nacional. Su
argumentación permanente fue contradicción de personas, clases, regiones y
sistemas económicos. Veamos este recorrido del proyecto nacional popular de
José Maña Arguedas:
En
Agua (1935), su primera producción
literaria, recrea la vida de una aldea y los conflictos entre el gamonal y los
indios. La aldea es San Juan de Lucanas y la hacienda Viseca. Pero, al mismo
tiempo, en Agua aparece "la decisión
del protagonista (Arguedas) de incorporarse profundamente al mundo indio y la
correlativa voluntad de abandonar el propio".
Al
referirse a Yawar Fiesta (1941), su
segunda novela, Arguedas dijo: "señores, describí el poder del pueblo
indígena. El verdadero personaje de esta novela es la masa indígena que
destruye el mito que está representado por el toro, el Misitu. Cuando el pueblo
indígena quiere mostrar su valor ante la gente que lo desprecia, que son los
señores, incluso mata a un dios; que es el Misitu, e incluso está dispuesto a
matar a sus dioses para demostrar que son gente que tienen valor". El
escenario de Yawar Fiesta es Puquio,
capital de los Andes y muestra la contradicción entre el universo de la costa y
de la sierra. Su función e importancia es grande en cuanto tienen un valor
testimonial y de índole histórico-social. Presagia, a decir de Cornejo Polar,
la creación de Todas las sangres. Su
tercera novela, Los ríos profundos
(1958), marca una nueva etapa en el pensamiento de Arguedas. Así lo considera
Tomás Escajadillo cuando dice: "no se trata solamente de un proceso de
madurez de un escritor, de un natural afinamiento de sus medios expresivos, en
suma, de una mayor calidad y jerarquía... Hay algo más y son los nuevos
elementos y factores que significan un alejamiento o una superación del
indigenismo ortodoxo". La trama de la novela, según el mismo Arguedas,
"es la sublevación de los indios de hacienda por una causa de orden
mágico: ellos están atacados por el tifus y se difunde la idea de que la ‘madre’
del tifus que es un animal, no podrá morir, sino en virtud de una misa que el
santo padre de Abancay dijera, para lo cual tienen que tomar la ciudad y
enfrentarse a las fuerzas represivas, hasta lograr su ansiada misa
mágica". Esta obra presenta en forma de ficción fenómenos de la misma
lucha campesina que se hicieron intensos en los años siguientes. El escenario
de la obra es el Cuzco y Abancay, es decir, capitales, ya no de provincias sino
de departamentos.
En
la misma dirección y sentido Arguedas explicó la tesis central de su novela Todas las sangres (1964.): "El Perú
se está debatiendo entre dos tendencias. ¿Qué es mejor para el hombre, cómo
progresa más el hombre, mediante la competencia individual, el incentivo de ser
uno más poderoso que todos los demás o mediante la cooperación fraternal de
todos los hombres que es la que practican los indios? El contexto de la novela
discurre en todo el ámbito nacional y compromete a todas las clases sociales”.
Hasta
aquí, hay en Arguedas una constante superación; pero todavía podría quedar en
el populismo, si tenemos en consideración sus propias declaraciones
doctrinarias que guían su producción literaria: "que el individualismo
agresivo no es el que va a impulsar bien a la humanidad sino que la va a destruir;
es la fraternidad humana la que hará posible la grandeza no solamente del Perú
sino de la humanidad. Y esa es la que practican los indios y la practican con
un orden, con un sistema, con una tradición".
Pero
Arguedas avanzó más. Se declaró heredero ideológico de José Carlos Mariátegui y
reconoció la profunda influencia que le causaron la revista Amauta y su
director. La huella del Amauta en Arguedas es profunda al punto de que en él se
produce una verdadera situación consustancial entre la vida y la ideología. Su
novela póstuma El zorro de arriba y el
zorro de abajo es el mejor testimonio político literario que nos ha podido
dejar.
A
los nueve años de su trágica desaparición José María Arguedas sigue vivo en el
corazón de su pueblo. Los indios y lacayos con quienes tembló de frío en los
regadíos nocturnos y bailó en los carnavales, borracho de alegría, al compás de
la tinya y la flauta, lo siguen recordando y lo conservarán de generación en
generación, eternamente.
Bibliografía básica
1. Revista
Peruana de Cultura N° 13 y 14 (Homenaje a José María Arguedas. Lima, I. N. C.
1970).
2. José
María Arguedas, Señores e indios.
Buenos Aires, Ed. Calicanto (recopilación de artículos acerca de la cultura
quechua realizada por Ángel Rama).
3. Francisco
Ávila, Dioses y hombres de Huarochirí,
narración quechua, traducida al castellano por José María Arguedas. Lima,
I.E.P. 1966.
La cultura popular en J.M. Arguedas. Lima, 1978. Recopilación del grupo Tarea
N° 26 y 27.